La epicondilitis, o codo de tenista, es una de las lesiones más frecuentes en el pádel. En este artículo veremos cómo se reproduce esta lesión y te daremos algunos consejos para saber elegir bien qué tipo de pala te viene mejor.
Definida como una inflamación de los tendones epicondíleos (tendones que unen la mano, el antebrazo, y la parte externa del codo), esta lesión provoca un dolor agudo en la zona externa del codo, especialmente cuando hacemos el movimiento de cerrar la mano o cuando agarramos algo.
La epicondilitis aparece cuando realizamos golpes con mala técnica. Concretamente, el golpe más propenso a provocarnos epicondilitis es el golpe de revés y el remate.
Existe otro gran culpable de la epicondilitis, y es tu pala de pádel. Elegir una pala de pádel adecuada es muy importante para poder prevenir y curar esta lesión. ¿Quieres saber cómo hacerlo? En los próximos párrafos te lo contamos.
Una de las funciones principales de una pala es la de absorber las vibraciones que se generan al golpear la bola. Por ello, escoger una pala con un peso demasiado bajo puede hacer que no absorba las suficientes vibraciones y, por tanto, empecemos a tener problemas en el codo.
De la misma forma, elegir una pala demasiado pesada hará que no la podamos mover con facilidad o, lo que es lo mismo, que realicemos los golpes con una técnica incorrecta. Como hemos visto anteriormente, esto puede dar lugar a la aparición de la epicondilitis.
Nuestra recomendación es optar por palas con un peso intermedio o intermedio/bajo. Como regla general, nunca recomendaremos a un jugador con epicondilitis una pala con un peso superior a los 370 gramos, ni con un peso inferior a los 355 gramos.
Íntimamente relacionado con el punto anterior, el balance determina la distribución del peso de una pala.
Si sufrimos epicondilitis, lo que debemos buscar es una pala manejable que nos permita ejecutar la técnica de manera correcta. Por lo tanto, deberemos optar siempre por palas con el balance hacia el puño, con el balance intermedio, ya que son aquellas que nos darán una mayor maniobrabilidad y menos nos cargarán el brazo.
Las palas con el balance alto tienden a cabecear, lo que provocaría extensiones innecesarias en los tendones, las cuales pueden dar lugar a la aparición de la epicondilitis.
La elección del tipo de goma determinará la dureza que tendrá la pala.
Si optamos por una goma dura, la pala no amortiguará la pelota, lo que se traducirá en mayores vibraciones para el brazo. Además, una goma dura implica menor salida de bola o, lo que es lo mismo, tener que hacer mayor esfuerzo para pasar la bola al otro campo. Cuanto mayor esfuerzo tengamos que hacer, peor será nuestra técnica, lo que nos hará más propensos a caer en la epicondilitis o a no salir de ella.
Por lo tanto, un jugador con epicondilitis debería optar siempre por palas con goma blanda o goma intermedia. Concretamente, las gomas que debería buscar serían la goma foam (o goma polietileno), y la goma EVA Soft.
Esperamos que estos consejos os ayuden a prevenir la epicondilitis jugando al pádel, o a recuperarse de ella aquellos que ya la padecen. Si tenéis algún tipo de duda o queréis saber algo más, no dudéis en dejar un comentario, os atenderemos con mucho gusto.
Un saludo a todos, ¡y buen pádel!
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