Consejos para tener una buena actitud en pista

Ser talentoso, suma; ser rápido, suma; saber tirar dejadas, suma; lanzar globos al cielo, suma… Pero tu actitud multiplica. No lo dudes. Este texto no pretende ser una lección de coaching, pero es una lección de coaching. En la vida hay una sola cosa que podemos controlar (ilusoriamente, en realidad, porque no es del todo controlable): la actitud. La actitud no depende del resultado, del clima, de tu pala o de las bolas. Y tampoco de los rivales. Tu actitud depende de ti.

¿Cuántas veces has culpado al nivel de los rivales de jugar mal? ¿Cuántas veces has perdido contra gente que es “peor” (no pongo tantas comillas porque me haya entrado párkinson) que tú? ¿Cuántas veces has tirado hora y media de tu vida porque consideras que los rivales no son de tu altura? Tal vez otro día sea cuestión de entrar en el embarrado tema de las categorías, aunque me parece mucho más importante el de la autoestima o la autoconsideración. Normalmente, la categoría viene dada por el ego de cada uno. Ego y deporte en equipo (sí, en equipo), terrible combinación.

Si te ha sucedido esto, no te preocupes. Eres uno más. Pero puedes empezar a cambiarlo hoy. No discutamos siquiera que los que te han ganado sean mejores que tú, aunque tú no lo creas. No debatamos esto. Partamos de la peor circunstancia posible: son peores que tú y piensas que a tu nivel les ganas bien. Pasa que no somos máquinas. Ni tú ni los de enfrente tienen todos los días el mismo nivel. Ni el día les ha ido tan bien o mal como a ti ni están de salud como tú, por lo que no habrá dos partidos iguales. Lo siento, pero es posible que al que ayer le ganaste, te gane mañana.

Consejos para tener una buena actitud en pista

Solo hay un verdadero valor que te va a hacer pasarlo bien, mejorar (siempre hoy mejor que ayer, ninguna otra ambición), competir e incluso hacer amigos: tu actitud. Y aquí van unos consejos de los que se llevan en Internet:

• Mantén la intensidad independientemente del resultado.
• Anima a tu compañero, aunque estés convencido de que está jugando mal. Tu actitud puede hacerlo jugar bien. Una mala actitud lo meterá en el pozo para el resto del partido.
• Si verdaderamente ganas fácil, prueba. Entrena algún tiro, provoca situaciones distintas (todo por abajo, abajo-arriba obligatorio, una a cada lado…) que te ayuden a mejorar para el próximo partido.
• Compite. Pégales una paliza. Gana y demuestra que eres mejor. Es la mejor manera de respetar al rival y respetarte a ti.
• Sonríe. Podrás hacer algún amigo y pasar un buen rato. El pádel es un juego y el objetivo final de todos es disfrutar.
• Y en el peor de los casos, gana y vete a casa. No acumules horas en pista que no tengan sentido. Jugar por jugar no es echar un buen rato. No dejes que tu cerebro se contamine de algo que no te sirve para nada.

Si esto no te funciona, perdona la siguiente frase demoledora: tu actitud ante la vida es la misma que ante un partido de pádel.