Ser profesor, entrenador, monitor de pádel exige mucha responsabilidad. Entre las competencias que debe tener, destacan dos: Formación y profesionalidad.
Existen bastantes diferencias entre un lanzabolas, un monitor de pádel y un profesional de la docencia del pádel. Esto va más allá de la formación, experiencia, titulación, incluso el nombre o reputación que tenga cada uno de ellos aunque todo esto es importantísimo.
Esto es algo más que tirar bolas dentro de una pista de 200 metros cuadrados. En el pádel, como en cualquier ámbito de la vida, la mejora personal viene definida basándose en una sencilla fórmula matemática:
(FORMACIÓN + EXPERIENCIA) X ACTITUD
Un profesional de la docencia del pádel debería tener formación, debería tener la actitud y la humildad de formarse constantemente, no solo en el ámbito del pádel, también en asuntos como la gestión empresarial, psicología, preparación física o incluso el aprendizaje de idiomas (el pádel fuera de España es un tema interesantísimo, que trataremos en próximos posts).
Las personas que acuden a una escuela de pádel, lo hacen por diversos motivos, cada uno tiene los suyos, desde pasar un buen rato, hacer algo de ejercicio, socializar, tener una excusa para tomar unas cañitas, mejorar sus habilidades para ganar el partido del domingo contra su cuñado, competir en torneos, cada persona con su motivación pero todas tienen algunas cosas en común.
Un alumno que llega a una escuela está entregando tres cosas:
1. Parte de su dinero.
- El dinero, aunque es muy valioso, se puede recuperar.
2. Su confianza
- Generar relaciones de confianza lleva tiempo, se puede perder esa confianza en cuestión de horas por no decir minutos.
3. Su tiempo:
- Esto es irrecuperable, el tiempo es lo más valioso que tenemos.
- Cada alumno que tengamos, es una persona que está renunciando a hacer otras cosas por pasar parte de su tiempo de ocio en nuestro club, escuela….
- Debemos tener en cuenta es que si alguien nos entrega su bien más preciado, lo mínimo que podemos hacer como monitores, es corresponderle y dar lo mejor de nosotros durante ese tiempo.
Una academia de pádel es uno de los puntos fuertes que debe tener un club por varias
razones:
- Permite FIDELIZAR el usuario, cliente o socio a través de este servicio.
- Constituye una fuente de ingresos recurrente para el club.
- CREA una tendencia de juego en tu club.
- Atrae jugadores, socios, clientes externos si logra convertirse en una referencia en cuanto a metodología.
Para ello, la figura de los monitores es fundamental en un club. Lo que en principio es un monitor deberá convertirse a base de experiencia en un verdadero ASESOR DE PÁDEL, los monitores deberían saber solucionar todas las inquietudes de sus futuros alumnos; algo sobre historia del pádel, reglamentación, pistas, dimensiones, tendencias, tipos de césped, de palas, pesos, balances, materiales, calzado, etc.
Son muchos los cursos que hemos impartido, son muchos los alumnos que se han formado con nosotros y a todos ellos les hemos transmitido nuestro mensaje sobre la formación como Monitor de Pádel. El mejor monitor no es necesariamente el que mejor juegue.
NO SEAMOS “LANZADORES DE BOLAS”, INTENTE DIARIAMENTE SUPERARSE Y SER MEJOR.
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