La carrera profesional de Eli Amatriain llegó este miércoles a su fin después de perder en la primera ronda del Menorca Open ante Sofía Saiz y Marina Lobo por 6-2 y 6-4.
La jugadora riojana anunciaba hace unos días que había tomado la decisión de colgar la pala, después de haber completado una trayectoria profesional de 20 años, casi nada.
La derrota de Eli junto a su compañera Léa Godallier se produjo en un Pavelló Menorca con muy poca afluencia de aficionados en las gradas. Sin embargo, la jugadora sí que estuvo arropada junto a muchas compañeras de profesión, quienes le rindieron un emotivo homenaje tras el partido.
Como ya ocurriera hace pocas semanas con la despedida de Pablo Lima, la riojana volvía a la pista para tomar el micrófono y despedirse. Primero hizo mención del circuito World Padel Tour: “Me gustaría empezar dándoos las gracias a vosotros por hacer posible este circuito. Ha sido mi forma de trabajo durante muchos años y tengo mucho agradecimiento a la familia de World Padel Tour”.
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Tras ello, Eli agradece a su familia y a sus compañeras por el cariño recibido: “Cuando estaba jugando el último punto, pensaba que mi mejor regalo era tener a mi familia en la grada, salvo a mis padres, que lo están viendo desde la distancia, y tenía a mis compañeras ahí también. Tengo mucho agradecimiento por todo el cariño que he recibido, han sido unos años maravilloso. La vida tiene etapas“.
Pero si hay una jugadora que destaque en su historia profesional, esa no es otra que Patty Llaguno, a la que le dedicaba estas palabras: “Gracias a Patty porque ha sido una persona muy especial en este viaje. He podido disfrutar mucho, he sido muy feliz a su lado”.
Es entonces cuando Luis Torres, subdirector general de World Padel Tour, le entrega una placa conmemorativa de su paso por el circuito.
Con un “me voy muy feliz, voy a seguir disfrutando de este deporte, voy a seguir viéndolo y seguiré cerquita desde el otro lado de la reja” ponía el cierre a un bonito discurso y daba paso a la entrada en pista de muchas jugadoras que le han acompañado en su trayectoria, ya sea en el mismo lado de la pista o como rivales.
Tras hacerse la foto de rigor con todas ellas es cuando Eli Amatriaín nos regaló su última sonrisa como profesional, aunque esta no la abandonará nunca. Es parte de su esencia.
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