Los efectos pueden ser un gran aliado en el pádel si sabemos usarlos

El juego de cada aficionado al pádel es muy personal. La variedad de golpes, estrategias, decisiones y ejecuciones es un mundo y eso, en parte, es lo que marca el transcurso de los partidos. Existe un aspecto primordial en cuando a la forma de realizar un golpe y son los efectos que se generan.

Esto va a venir determinado por el punto en el que impactemos nuestra pala con la bola. En el pádel podemos distinguir tres efectos principales que son el golpe plano, el liftado y el cortado. Aunque antes de analizar cada uno, es importante que conozcamos las distintas partes de la bola.

Para verlo más claro, vamos a dividirla en cuatro puntos principales y lo vamos a hacer imaginándonos un reloj. De este modo tendremos las 12, en la parte superior; las 3, a la derecha; las 6, en la zona inferior; y las 9, a la izquierda.

En función de en cuál de los puntos hacemos en contacto con la pala, esta generará en la pelota un efecto u otro. La clave está en saber cuándo usar cada uno y a continuación vamos a profundizar un poco más en esas tres clases de efectos.

Los tres tipos de efectos

El golpe cortado en el pádel

Podríamos decir que el golpe cortado es el recurso más utilizado en el pádel. Para comenzar a realizarlo, primero deberíamos tener completamente dominado el golpe plano. Es muy útil para ganar control y aprovechar el efecto de la bola para ganar ventaja e intentar pasar al ataque y ganar la red.

Pese a que el nivel de dificultad en su ejecución es más alto que en el golpe plano, tampoco resulta ser muy complicada. Llevarla a cabo es tan simple como empezar el movimiento con el brazo atrás para avanzar hacia adelante y, así, impactar la pelota por su parte inferior, efectuando el movimiento de arriba abajo.

Por lo tanto, volviendo a esa referencia del reloj, deberíamos golpear la pelota entre las 3 y las 9. Es imprescindible, además, acompañar bien la pelota para controlar y dirigir mejor el golpe.

Con él será mas sencillo que sorprendamos a los adversarios puesto que el efecto cortado hace que la bola coja menos altura tras dar contra el suelo o el cristal. De este modo, para ellos será más incómodo devolverla y, entonces, podremos situarnos en buena posición para hacernos con la iniciativa del punto.

Las situaciones más habituales en las que suele utilizarse este tipo de golpe es, sobre todo, en el servicio, el drive, el revés y la volea. En cambio, no deberemos usarlo nunca para el smash.

El golpe liftado

Por último, el golpe liftado no es de los más utilizados en el pádel. A pesar de ello, sí puede resultar ser completamente determinante en ciertas acciones específicas. Esto ocurre, sobre todo, en esas más ofensivas en las que buscamos ejercerle la máxima potencia a la bola.

Es importante tener en cuenta que, para usar este golpe de manera efectiva, necesitamos tener una técnica mucho más depurada puesto que su ejecución es más difícil que los dos anteriores. Se hace con un movimiento ascendente e impactando la bola en su parte superior, esto es, entre las 9 y las 3 de nuestro reloj.

Justo ahí es donde radica su dificultad. El movimiento, aunque el golpeo sea en la parte superior de la bola, se realiza también de atrás adelante y se termina en dirección ascendente. Una clara comparación sería como si intentáramos cepillar la bola.

Cuando nos encontramos en situación ofensiva y queremos terminar el punto con un golpe definitivo es un buen momento para optar por el liftado. Así, rematar o smashear con este efecto nos va a ayudar a que la pelota salga más disparada después del bote. Así podremos lograr por 3 o traérnosla a nuestro campo.

Sin embargo, en contra de los que muchos creen, el liftado también nos puede ser de gran utilidad en situaciones defensivas. Imaginemos que el rival está en la red, en ese momento podemos realizar este golpeo para darle parábola a la pelota y tirarla a sus pies. También podemos darle más potencia y evitar que puedan volear o rematar cómodamente.

En este caso es muy importante que tengamos cuidado durante la ejecución, ya que, si el adversario está bien posicionado cuando la bola bota en el suelo o el cristal podría contraatacar con la altura que coge después de ese rebote.

El golpe plano

Se trata del más básico y, asimismo, el más sencillo de realizar. El golpe plano, como indica su propio nombre, es ese en el que vamos a impactar la bola de manera totalmente plana, sin darle ningún efecto.

Al ser tan fácil de ejecutar, también es igual de difícil cometer un error. La parte negativa, por llamarla de algún modo, es que las posibilidades de sorprender a la pareja rival no son muy altas. El rebote que da contra el suelo o contra el cristal suele ser plano y, por lo tanto, previsible.

Su ejecución, como decimos, es bastante sencilla. Tan solo hay que realizar el golpeo de atrás hacia delante, tratando de mantener la pala perpendicular al suelo e impactar la bola en su punto central.

Este golpe es muy habitual y útil para tirar un globo, dándole altura, en la volea o, incluso, en el remate. Lo cierto es que en este último caso no es la opción más recomendable ni la más frecuente, pero a veces sí que puede servirle a los jugadores que estén empezando y aún no tengan buena técnica.

Cata Tenorio nos explica en este vídeo los efectos

La leyenda del pádel femenino Cata Tenorio nos enseña en el siguiente vídeo cómo podemos añadir efectos a la pelota en cada golpe, voleas, remates, bandejas, defensa con y sin pared desde un punto de vista técnico: